Cláusulas abusivas en contratos con consumidores: qué son, cómo detectarlas y qué hacer

En el día a día firmamos contratos para casi todo: servicios, compras online, seguros, alquileres o productos financieros. Sin embargo, no siempre leemos la letra pequeña. En ocasiones, esos textos incluyen cláusulas abusivas, disposiciones que perjudican al consumidor y que la ley española considera nulas de pleno derecho.


¿Qué es una cláusula abusiva?

Según el artículo 82 del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (TRLGDCU), una cláusula es abusiva cuando, en contra de la buena fe, causa un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor.

En términos simples: una empresa no puede aprovechar su posición para imponer condiciones injustas que limiten los derechos del cliente.


Ejemplos habituales

Algunos ejemplos comunes de cláusulas abusivas son:

  • Intereses desproporcionados o penalizaciones excesivas.

  • Renuncias a derechos legales del consumidor.

  • Vencimiento anticipado de contratos sin motivo válido.

  • Limitaciones de responsabilidad de la empresa.

  • Obligaciones desequilibradas, como gastos o comisiones no justificados.

Estas condiciones suelen encontrarse en contratos estándar, pólizas de seguros, servicios financieros o plataformas digitales.


¿Qué puede hacer el consumidor?

Si detectas una cláusula abusiva, la ley te protege. Puedes:

  1. Reclamar directamente a la empresa, pidiendo la eliminación o corrección de la cláusula.

  2. Acudir a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) o al arbitraje de consumo.

  3. En última instancia, recurrir a la vía judicial, donde el juez podrá declarar la cláusula nula y obligar a la empresa a devolver las cantidades cobradas indebidamente.

La jurisprudencia del Tribunal Supremo y del TJUE ha reforzado la protección del consumidor, anulando cláusulas abusivas en contratos hipotecarios, financieros y de servicios.


Riesgos para las empresas

Las empresas que utilizan contratos tipo o plantillas estándar deben ser especialmente cuidadosas. Incluir cláusulas abusivas puede implicar:

  • Sanciones administrativas y reclamaciones judiciales.

  • Daño reputacional y pérdida de confianza del cliente.

  • Costes de restitución por cobros indebidos o anulaciones contractuales.

Contar con una revisión legal preventiva evita conflictos y demuestra compromiso con la transparencia y la protección del consumidor.


Conclusión

Eliminar cláusulas abusivas no solo protege al consumidor, sino que también fortalece la seguridad jurídica de las empresas.
La confianza y la claridad contractual son la base de cualquier relación comercial sana.


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